Pase, lea y opine

Pase, lea y opine. Algunas notas publicadas en Noticias, edicionrural.com o desgrabaciones de micros que hice en diferentes radios


sábado, 17 de diciembre de 2011

La soja voladora

Original de la nota publicada en Revista Noticias -17 de diciembre de 2011

La crisis europea, el comportamiento del dólar y el clima son factores que suman volatilidad a los precios de uno de los principales productos exportables de la Argentina. Avanza la siembra de la próxima campaña cuando aún restan vender 2 millones de toneladas de la soja vieja y casi seis toneladas todavía están con precio a fijar.

La soja cayó casi cien dólares en cien días en los mercados internacionales poniendo luces amarillas en las previsiones oficiales por la baja de la recaudación de retenciones y desbaratando los cálculos de los productores que están sembrando esa oleaginosa en esta parte del mundo.
La crisis europea está lejos de definirse y la soja es uno de los commodities que está sintiendo su efecto. La demanda mundial de alimentos -sostenida principalmente por China e India que suman ingresos y transforman sus dietas- parece poner un piso en algo más de 400 dólares, pero no llega a evitar la volatilidad que imponen las entradas y salidas de los fondos especulativos en los mercados de granos. Todo eso se ha transformado en un carrusel difícil de seguir para los productores argentinos, que además tienen que rogar al cielo para que no los afecte la sequía de la Niña mientras afinan la elección de las variedades, los momentos de siembra, ajustan la maquinaria y controlan malezas e insectos. Todo muy lejos del imaginario citadino que cree que en el campo argentino solo se trata de “tirar una semilla y crece todo”.
Con algunas zonas complicadas, la siembra ya avanzó en más del 70 por ciento del área calculada por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 18.850.000 hectáreas para la campaña del año próximo, lo que aportaría una cosecha de alrededor de 52 millones de toneladas de soja en 2012. Pero aún falta comercializar unas 2 millones de toneladas de la campaña anterior y otras 5,6 millones de toneladas (un 12 por ciento de la cosecha anterior) fueron entregadas pero tienen todavía el precio a fijar, una práctica habitual en el comercio de granos en nuestro país. Por esto, muchos productores vieron pasar los mejores precios mientras los compradores (aceiteras y exportadores) le sumaban rentabilidad al poroto.
Según analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, este 12 por ciento de mercadería con precio a fijar es “el doble que a la misma semana del año anterior y 5 puntos porcentuales más que en el promedio de las últimas 5 campañas. Ello podría poner al mercado local en tensión si los productores continúan rehusándose a convalidar menores precios y los compradores a consolidar subas que acaben por perjudicar sus propios números, ya bastante dañados”.
En este contexto de volatilidad, muy pocos productores usaron las opciones o las ventas a futuro desaprovechando los picos del mercado internacional. El presidente del Mercado a Término de Buenos Aires, Ricardo Valderrama, asegura que “hay muchos buenos valores que se pierden por no haberse cubierto en los mercados. Si ves hoy lo que pasó con la soja, el trigo o el maíz, y buscás los valores de hace seis meses te das cuenta que perdieron los que no tomaron posición. No se usó lo suficiente el mercado para cubrirse con los valores a cosecha”, asegura.
El que tiene la soja o la está por sembrar busca que los analistas le acerquen algunas claves para predecir una evolución que tiene demasiadas variables. De todas maneras, una de ellas parece ser el comportamiento del dólar y su relación con el euro. Según un informe de Enfoagro, de la Asociación de Cooperativas Argentinas, estas dos variables se mueven casi al unísono. Cualquier revalorización de la moneda europea empuja el precio de la soja hacia arriba y la situación contraria baja el precio de la oleaginosa. Precisamente esto es lo que está impactando en los últimos meses desde que el Viejo Continente comenzó con la crisis griega.
Cuando la soja, por ejemplo, superó a principios de septiembre los 520 dólares en Chicago, la relación era de 1,42 dólar por cada euro y mientras esa relación continuó bajando hasta ubicarse en 1,32 el precio de la oleaginosa copió el recorrido, llevándola a fin de ese mismo mes a los 430 dólares por tonelada.
Es solamente una de las variables a tener en cuenta ya que el mercado aparece demasiado convulsionado como para encontrar recetas mágicas que aseguren valores cuando recién se inicia la siembra en el Hemisferio Sur, donde Brasil y Argentina sumados se convierten en los principales jugadores del mercado internacional de soja.
Las compras chinas siguen firmes, aprovechando sobre todo los precios en baja para recomponer sus reservas. Según reflejó un informe de AACREA, el Centro Nacional De Información de Granos y Aceites de China informó que las importaciones en noviembre finalizarían en 5,2 millones de toneladas, por encima de las 4,13 millones de toneladas importadas en septiembre y las 4,8 de octubre. El organismo espera para diciembre que las importaciones sean de 4,7 millones de toneladas y para enero 4,6 millones de toneladas. El gran mercado asiático, al que se suma India, por ahora se transforma en el principal elemento que puede poner un piso a la caída de los últimos meses y aportar un poco de alivio para los productores argentinos.  Pero ni el alto nivel de incertidumbre de los mercados frena el avance de las sembradoras que inician el ciclo de uno de los negocios que más aporta a la economía argentina. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Valderrama: “No nos quedaremos de brazos cruzados”

Nota publicada en la edición 320 de revista Agromercado. Diciembre 2011
Ricardo Valderrama fue electo en octubre como nuevo presidente del Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA). En diálogo con Agromercado sostiene que llevarán propuestas a los organismos oficiales, apostarán al diálogo con el gobierno y las entidades y promete avanzar en la difusión de las herramientas disponibles para que los productores puedan tomar coberturas de precios al menos para salvar los costos. Además estimó que los nuevos contratos de commodities no agrícolas le darán más volumen al mercado.
¿Qué perspectivas ve para 2012 desde el Mercado a Término de Buenos Aires y en su nuevo rol como presidente?
Las perspectivas son buenas. Hay que tener en cuenta que el mercado siempre se dedicó a los commodities agrícolas y ahora estamos tratando de abrir una pata financiera. Esto es muy bueno para el mercado.  En cuanto a los commodities agrícolas, que es lo que históricamente hicimos, creo que hay muchos mercados que hoy se pierden por no utilizar los mercados. Lo explico: hay muchos buenos valores que se pierden por no haberse cubierto en los mercados. Si ves hoy lo que pasó con la soja, el trigo o el maíz y tomás los valores de hace seis meses y lo comparás con lo que valen ahora, las personas que no tomaron posición perdieron. No se usó lo suficiente el mercado para cubrirse en los valores a cosecha.
¿En eso no hay una deficiencia de los mercados en general por no llegar con su mensaje al los productores que no usan a los mercados como un seguro de precios?
Eso es verdad. Lo que pasa que en los últimos años, cualquier productor que retenía siempre le iba bien. Ese es el problema. Cuando se da vuelta la taba ahí te das cuenta y te lamentás de no haber tomado cobertura. Es lo mismo que pasa cuando alguien no saca un seguro de granizo, luego le cae granizo y dice: ‘lo hubiera sacado’. Creo que básicamente el productor que invierte tiene que cubrirse por lo menos los costos y tener una rentabilidad sobre el capital que invirtió. Por lo menos un 20 o 30 por ciento en el momento de invertir tiene que cubrirse. Eso quizás sea una deficiencia del mercado en no comunicar más abiertamente. Creo que hay que remarcar todavía mucho en eso.
¿Y cómo van a trabajar en este sentido. Mayores capacitaciones, acercamientos con gremiales de los productores?
El mercado hace tres años hizo una Fundación, que es la que hoy se dedica a la capacitación. Vamos a seguir insistiendo sobre ese tema. Los cursos básicos se seguirán haciendo con la Bolsa de Cereales y sobre todo en la parte de cubrir los costos de inversión. Creo que es la piedra inicial para cualquier movimiento fuerte que pueda haber en el mercado.
La experiencia del MATBA en futuros agrícolas le permite hoy avanzar en otros productos como por ejemplo petróleo, oro o dólar. ¿Esto no hará que se pierda un poco la esencia del MATBA?
No, nuestra idea es todo lo contrario. Desde hace 104 años que el mercado se dedica a hacer commodities agropecuarios y muchas veces al volumen del mercado le faltan especuladores o personas que buscan una renta financiera. Creemos que si a través de los demás commodities incorporamos nuevas personas, operadores o comitentes, tarde o temprano van a empezar a jugar en el mercado agrícola. Creo que le podemos dar volumen de las dos maneras. Nosotros de ninguna forma  pensamos en renunciar en lo que somos fuertes, a lo que dice la historia de 104 años.
¿Se va a pasar de una negociación en el piso a una totalmente electrónica?
Hay muchas cosas para realizar en el mercado. En este momento conviven perfectamente el sistema electrónico y el sistema a viva voz en el piso. Creemos que tienen que seguir manteniéndose los dos sistemas hasta llegar a un equilibrio. Si te fijás lo que pasa en el mundo, el mercado de Chicago que es nuestra referencia, hoy tiene tanto rueda de piso como electrónico. Creo que utilizando los dos sistemas podés sacar el máximo de provecho de los dos. Hoy en día no es una discusión, el mercado está invirtiendo en una plataforma electrónica y a la vez la Bolsa de Cereales va a invertir en modernizar el piso. Así que estamos avanzando en los dos sentidos. Tal vez el mercado diga para dónde tenemos que avanzar, esa es la realidad, pero hoy por hoy no es primordial resolver ese tema.
¿La posibilidad de que los operadores puedan actuar en el mercado directamente puede ser una ayuda para acerca a los productores?
Hoy los productores (o comitentes) no lo hacen desde la rueda. Lo hace cada uno desde su oficina, dando una orden al operador, el cual ejecuta su orden desde el piso. La plataforma nuestra tiene  DMA (siglas en inglés de acceso directo al mercado), pero todo eso pasa primero por la educación. En todos los emercados del mundo, cuando uno opera a través de un DMA tiene primero depositado los fondos y eso te permite cubrirte hasta cierto nivel de dinero. Hoy el comitente argentino está acostumbrado a operar y recién al otro día poner las diferencias. O sea que se necesita un cambio de educación que tarde o temprano va a llegar. Pero creo que va a llegar mucho más temprano para los productos financieros que para los agrarios.
¿Todo lo que estamos hablando es casi una situación de mercados ideales, pero las intervenciones oficiales han hecho que muchos mercados estén casi desparecidos?
Tenemos problemas con el maíz y el trigo. La operatoria bajó muchísimo en el último año. Estamos tratando de buscar alternativas para proponer, para que muchos de esos negocios donde existen listas o obligaciones de ciertos exportadores de comprar, para que las pasen por el mercado. Es una de las ideas que tenemos y que la vamos a proponer para ver qué resultados tenemos sobre eso. Por suerte la baja de maíz y trigo se compensó con la suba del volumen de soja.
Ya que habla de propuestas. ¿Cómo es su llegada en este momento con el gobierno?
El mercado siempre ha tenido siempre buen diálogo con todos los organismos.
¿Entonces, qué pedidos le harían un posible nuevo ministro de Agricultura?
Estamos elaborando varias tesis para proponer. Primero, cuando salgan valores, por ejemplo de FAS, se hagan a través del mercado. Si prospera la propuesta de AFA (Agricultores Federados Argentinos), que parte tiene que ir a la exportación y parte al consumo, que también pase por el mercado. Son distintas alternativas. De todas maneras esas propuestas están en relación a las políticas que estén vigentes a partir del 10 de diciembre. Esperaremos un par de días y veremos qué propuestas llevamos. No nos vamos a quedar de brazos cruzados. Algunas propuestas vamos a llevar para sumar y para que vuelva a haber un mercado mucho más fluido de trigo y maíz.
¿Y cómo está el diálogo con las entidades gremiales del campo, con lo que fue la Mesa de Enlace?
Mantenemos buen diálogo con todo el mundo. Estamos dentro de la Bolsa de Cereales  y la Bolsa está continuamente en comunicación con las cuatro entidades y nuestra idea es seguir sumando. No cortar ningún tipo de diálogo. Creo que es mucho más fácil pensar entre muchos que uno solo. 

viernes, 11 de noviembre de 2011

Víctor Tonelli:“No se distraigan, inviertan, aprovechen esta oportunidad única”

Nota publicada en la edición 319 de revista Agromercado. Noviembre 2011
El analista del sector ganadero afirmó que el 2012 va a ser muy similar a este año, con valores altos del ganado, oferta restringida y precios altos al consumidor. A su entender los stocks se van a ir recuperando lentamente y seguirá la suplementación en todas las categorías. El especialista recomendó invertir ahora por que la demanda internacional sigue firme y los precios de la hacienda son convenientes.

¿Qué perspectivas ve para la ganadería en el próximo año?
El 2012 va a ser muy parecido al 2011. Porque básicamente la recuperación de los stocks que ya se iniciaron con la retención de terneras, que el año pasado empezó más tibiamente, no van a permitir que la oferta sea mucho más abundante. Yo estoy imaginando que si este año vamos a terminar con una oferta de 2.400.000 o 2.450.000 toneladas res con hueso, el año que viene estaremos entre 50 y 100 mil toneladas más. En los niveles pobrísimos de oferta no cambia demasiado el panorama. Respecto del número de terneros, va a haber probablemente alrededor de 800 mil a un millón de terneros más pero seguimos hablando de una caída respecto de la cantidad de terneros disponibles desde el 2004 al 2009 de aproximadamente 2.5 millones. O sea que la restricción en la oferta de terneros va a seguir siendo un dolor de cabeza para los feedloteros y para los invernadores de compra. Del lado de la oferta va a haber un poco más pero no habrá grandes cambios. Con lo cual el precio del ganado va a seguir siendo alto, la oferta va a seguir siendo baja y los precios de la carne al consumidor también serán altos.
¿Con esta relación de precios entre la hacienda y el maíz, va a aumentar la suplementación?
Ya se está dando. Te diría que este año los corrales están a la mitad o menos de la capacidad instalada y en realidad el problema que se le genera al feedlot no es el costo del alimento sino la diferencia entre la compra y la venta que de alguna manera inviabiliza modelos de engorde a corral con corto período de ganancia. Ahora, en general cuando uno mira que es lo que está haciendo el ganadero, el invernador de compra o el ciclo completo, todos están utilizando el grano por lo menos para terminación e incluso algunos para recría también. Hoy el grano es un componente muy importante en la dieta del vacuno.
Si bien el costo del alimento no es un problema del feedlot ¿puede subsistir el sistema de engorde a corral sin la ayuda del Estado, sin los subsidios?
Totalmente. En realidad la ayuda del gobierno fue buena en cuanto a lo que significó el crecimiento del sistema, la puesta en marcha de muchos corrales y la profesionalización del sector; ahora desde el punto de vista de lo que ha significado, de la manera que se implementó, en términos de haber generado una oferta excesiva de animales jóvenes fue otro de los detonantes del faltante de carne que hay hoy. Porque se faenó animales muy jóvenes, en promedio yo te diría que los feedlots estaban terminando animales con 300 a 340 kilos, no mucho más. Ahora están metiéndole un poco más de kilos porque los necesitan para neutralizar la diferencia que se genera en el momento de la compra venta. O de la venta, o de la reposición. Pero no porque haya incentivo para ponerle más kilos a pesar de que el alimento es barato. Es otro contrasentido de la política pública que limita las exportaciones. La gente dice “le pongo menos kilos, soy más eficiente y además en promedio tengo mayor precio”. Entonces este contrasentido quizás sea uno de los enigmas que tiene que develar el gobierno en este nuevo período. Será la misma presidenta o sus funcionarios, pero probablemente ahora enfrentando cuatro años modifiquen la visión de qué hacer con las exportaciones.
¿Con esta restricción de la oferta, con precios altos y el consumo local cayendo, espera que haya problemas en la industria?
No, ya los hubo. En general en la industria ya ajustaron, la gran mayoría el año pasado y los que no lo pudieron hacer el año pasado lo terminaron de hacer este año. A mi me parece que la industria ya pagó el precio del ajuste, y por supuesto también el personal de los frigoríficos. Eso lo pudo hacer porque venían de un período de tres años muy buenos. O sea 2007, 2008 y 2009 fueron años muy buenos para el sector frigorífico, ganaron mucho dinero, sobre todo en el 2009 cuando la hacienda estuvo regalada. Pudieron exportar hasta 650 mil toneladas y en el mercado interno vendieron lo que quisieron con el ganado muy barato. Sobre la base de esa renta que habían acumulado, hicieron los ajustes. Por eso es que hoy uno no ve quiebres en la cadena comercial. Sin embargo, el que tenía dos o tres plantas cerró una y el que tenía una ajustó el personal en un 25 o 30 por ciento. Creo que el ajuste ya se hizo. Este año el que no perdió, cambió la plata pero venía con resto. El año que viene la cosa gradual y lentamente le va a empezar a ir mejor y si efectivamente, como pienso yo, el gobierno genera una apertura gradual de las exportaciones va a empezar a recuperar lentamente la actividad. No veo quiebres en la estructura frigorífica como ven otros participantes del sector.
¿No hemos perdido terreno con otros países? ¿Es posible recuperar compradores y que confíen en Argentina como proveedor?
La confianza no se recupera de un día para otro, pero está claro que el mundo está sub abastecido con una demanda tremendamente firme, con precios que nunca se vieron ni se soñaron y en esas condiciones de un mercado insatisfecho somos bienvenidos. Pero eso se va a dar si Argentina quisiera volver porque la demanda está insatisfecha. Eso le va a permitir a la Argentina volver sin mayores problemas.
¿La demanda no se va a ver resentida por los problemas económicos que está viviendo Europa?
Yo no lo veo. Se va a ver resentida en los países desarrollados, que prácticamente no están creciendo en su demanda. El gran crecimiento que se prevé a un ritmo del 2,5 por ciento anual se está dando centralmente, casi en un 90 por ciento, en los países en desarrollo. Ya sea América latina, África o Asia no están pasando las mismas crisis de los países desarrollados, aunque reciban el coletazo. Por otro lado, los países desarrollados, si bien es cierto que van a tener una demanda menor de carne o de otros productos con alto valor agregado, también es cierto que el nivel de producción de alimentos de sus propios países va a ser muy bajo.
Europa viene de generar un cambio importante en su política de subsidios y agropecuaria que ha hecho que las producciones hayan bajado mucho. El propio Estados Unidos está con un nivel de producción de los más bajos de unas cuantas decenas de años. Entonces en ese contexto, yo creo que la demanda que viene particularmente de países en vías de desarrollo va a seguir siendo muy firme y la oferta en general está muy caída. Brasil con menos, Uruguay con menos, Paraguay sin ver cómo termina su problema de la aftosa, Argentina aunque quisiera mucho más no va a poder ofrecer. Pero es el Mercosur el que de alguna manera tracciona la oferta del mundo.
Hablaste de. ¿Cuáles crees que son los factores clave en los cuales deberían basarse las redefiniciones de la política agropecuaria en el próximo período de gobierno?
Fundamentalmente la necesidad de corregir el déficit entre importaciones y exportaciones. La balanza comercial es el gran dolor de cabeza, el ingreso de divisas es el gran dolor de cabeza. Hoy tenemos esta fuga de dólares más propia de la incertidumbre que genera el cambio de gobierno que otra cosa. Yo creo que Argentina no puede seguir resolviendo los problemas de balanza comercial frenando electrodomésticos, neumáticos, tractores o autos. Lo va a tener que resolver con incremento de exportaciones y es ahí donde esta demanda insatisfecha del mundo le permite generar mayores ingresos de divisas con exportaciones.
Creo que esta gente tonta no es. Puede tener ideología, puede tener encono con el campo, puede haber equivocado el rumbo, y en el caso de la carne sin ninguna duda fue así, pero ahora enfrenta cuatro años y no puede seguir con el viento de cola o con el envión. Tiene que arrancar en serio porque cuatro años no se resuelven con el empuje de lo que venían trayendo. Así que creo que va a haber un cambio en la política, me parece que la acción de (Guillermo) Moreno no le va más al gobierno.
¿Qué le recomendaría a los productores en esta coyuntura?
La gente está distraída, está con temores. Tiene buenos márgenes, cuenta con buenos precios pero está dudando de lo que pueda ocurrir y me parece que en los términos de valores que hay hoy en la venta y los costos que tenés para invertir y mejorar tu productividad, digamos que el que no lo hace ahora no lo va a hacer nunca. Y por otro lado el que lo haga ahora va a estar mucho mejor preparado para una recuperación más grande de los costos respecto de los precios de venta y una merma gradual de la rentabilidad en los próximos cuatro años. El que haga las inversiones que le permitan mejorar la eficiencia y la productividad va a seguir manteniendo muy buenos márgenes a lo largo del tiempo o sea que mi recomendación sería: no se distraiga, haga las inversiones, haga lo que tenga que hacer, modifique su modelo, invierta en pasto, invierta en infraestructura y aproveche esta oportunidad que es única. 

lunes, 31 de octubre de 2011

¿Podría África ser el granero del mundo?

Trigo
Aumentar la producción agrícola es uno de los retos de África.
La visión que se despliega a lo largo de la llanura de Mkshi, en Zambia, difiere de la imagen lúgubre que a menudo se tiene del África moderna.
A tres horas de la capital, Lusaka, las espigas de trigo resplandecen bajo el sol tropical.
Una cosechadora combinada se mueve metódicamente de un extremo a otro del campo inmenso.
Muy cerca, unos aspersores riegan un cultivo de soja.
Uno podría pensar que se encuentra en las llanuras del centro de Estados Unidos o en los campos de cereal de Ucrania.
Esto son campos generosos, una África productiva que contrasta con la narrativa de conflictos y hambre que domina nuestra idea del continente.
"Sólo con incrementar las cosechas hasta el 80% de la media mundial, África se convertiría en un exportador neto de comida. Creemos que África puede alimentarse a sí misma y al resto del mundo también", asegura Dabney Tonelli de la empresa británica Chayton Africa, que gestiona una explotación de 12.000 hectáreas en Mkushi.

Explotaciones comerciales

Mujeres en Zambia
La agricultura de subsistencia es una práctica común entre los agricultores zambianos.
Chayton arrendó la tierra por un periodo de 14 años del gobierno de Zambia con la promesa de aumentar la producción, crear puestos de trabajo para los habitantes locales y enseñar las técnicas agrícolas a los pequeños agricultores de subsistencia que cultivan parcelas en la zona.
Tras años de corrupción y desgobierno, Zambia, que recientemente celebró elecciones, es visto como un remanso de tranquilidad en el continente.
"El ambiente político es estable y las condiciones para la agricultura en cuestión de clima y suelo son excelentes. Para el inversor agrario, Zambia es el lugar en el que uno quiere estar", asegura Tonelli.
Agricultores blancos que fueron expulsados de Zimbabwe, quienes perfeccionaron técnicas de cultivo intensivo durante décadas, fueron contratados para gestionar las operaciones de Chayton.
El director de la explotación en Mkushi, Stuart Kearns, se convirtió en agricultor siendo un adolescente después de que mataran a su padre en la guerra civil de la antigua Rhodesia.

Promesas y obstáculos

Agricultores en Zambia
La falta de infraestructuras es uno de los grandes problemas para el desarrollo de la agricultura comercial.
A pesar de su experiencia en Zimbabwe, es optimista sobre el futuro de la agricultura en Zambia.
"Hay un potencial enorme aquí y creo que la clave en África es intentarlo una y otra vez. Eso es algo que se aprende cuando se crece aquí".
Chayton promete "crear trabajo, introducir técnicas agrícolas sostenibles… suministrar apoyo y entrenamiento a los campesinos locales".
Pero hay obstáculos importantes: infraestructuras pobres y la burocracia entorpecen que Zambia se convierta en un gran exportador de comida al continente. De momento, Chayton sólo produce para el mercado interno.
En una entrevista con el programa de la BBC Newsnight, el vicepresidente del país, Guy Scott, quien también es agricultor, se mostró escéptico ante algunos de los reclamos realizados por la compañía.
"Soy muy escéptico porque estuve por allí mucho, sé cómo son las propuestas y las justificaciones en el juego de las inversiones y diría que el 90% de lo que se promete resulta no ser cierto… No necesariamente por un interés económico o un fraude deliberado".
"Creo que las personas esperan lo mejor. Creen que va a funcionar y el gobierno también. Entre todos nos esperanzamos. Y entonces te encuentras con que no tuvimos tanto impacto social ni económico como habíamos esperado".

Riesgos para la población

Scott
Guy Scott, vicepresidente de Zambia.
Scott teme las consecuencias sociales de una posible pérdida de puestos de trabajo debido a que la mecanización del campo desplace a la mano de obra local.
"Pienso que el principal problema es que la población de Zambia es cuatro veces mayor que su economía. Y creo que ése es el peligro de la agricultura intensiva a gran escala. Tiende a ser intensiva desde el punto de vista del capital y a no crear puestos de trabajo. Al mismo tiempo tiende a desplazar a las personas que pierden su trabajo en la agricultura de subsistencia".
Chayton reconoce que sus métodos modernos de cultivo ya produjeron pérdidas de empleos, pero insisten en que a medida que el negocio crezca se crearán puestos de trabajo en empresas relacionadas.
"Sí, a corto plazo, parte de los empleos poco cualificados desaparecen como consecuencia de la mecanización, pero estamos construyendo un negocio a gran escala que a medio plazo creará otros trabajos", señala Tonelli.
"Tenemos que ser capaces de formar personas para que hagan labores cualificadas que les permitan desarrollar su carrera en la agricultura o encontrar un empleo en otro sector".
Los agricultores de subsistencia con los que se habló para elaborar este reportaje se mostraron favorables al principio de la agricultura comercial, pero todavía está por ver cómo les reportaría algún beneficio.
Chayton sólo lleva operando en la zona durante un año, pero Brighton Marcikatebe, un granjero de Asa, un pueblo cercano, asegura que los agricultores comerciales no ayudaron a sus vecinos más pequeños.
"Si vienen con ayuda, la aceptaremos, pero de momento no ayudaron", indica.
"Tenemos que ser capaces de formar personas para que hagan labores cualificadas que les permitan desarrollar su carrera en la agricultura o encontrar un empleo en otro sector"
Dabney Tonelli, Chayton Africa
Los lugareños también se quejan de que no tienen acceso al capital. La mayor parte de la tierra en Zambia es propiedad del Estado y es administrada por los jefes locales.
Sin títulos legales, los pequeños granjeros no pueden obtener créditos bancarios con los que comprar maquinaria y expandir su producción.
Pero según Scott, los agricultores de Zambia pueden esperar un trato mejor.
"Fuimos elegidos por los zambianos y sus intereses son lo primero. Si sus intereses pueden coincidir con los de los mercados internacionales, entonces estupendo, pero ak fin y al cabo somos responsables de su protección, de su protección social".
Hacer que el cumplimiento de ese compromiso sea compatible con los acuerdos firmados con inversores extranjeros requerirá de una habilidad política considerable.

martes, 25 de octubre de 2011

Los Agrodiputados ahora son del Frente para la Victoria

De acuerdo a los resultados de los comicios celebrados el domingo pasado, el Frente para la Victoria logró ingresar al menos cinco agrodiputados, contra solo dos de las fuerzas opositoras. Además, la escasa cosecha de votos de Mario LLambías sumó la derrota más estrepitosa de la oposición agropecuaria que en su momento encarnó la Mesa de Enlace de las cuatro entidades del agro.

Si bien el concepto de “Agrodiputados” fue gestado dentro del ámbito opositor al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la extracción de al menos cinco legisladores nacionales electos del Frente para la Victoria permitiría incluirlos dentro de esa categoría, ya sea por la actuación que vienen teniendo o por su extracción territorial.

Ellos son Julián Domínguez, actual Ministro de Agricultura de la Nación, la principal muñeca política que manejó el conflicto posterior a la discusión parlamentaria de la resolución 125 y primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires donde obtuvo casi el 57 por ciento de los votos.

Otro de los electos es Fabián Francioni, Intendente de Leones (Córdoba), donde se hace la Fiesta Nacional del Trigo y donde es oriundo el presidente de Coninagro, Carlos Garetto, que semanas atrás recibió la visita de la presidenta de la Nación. Francioni es uno de los más fervientes defensores de las políticas agropecuarias del oficialismo.

En Formosa resultó electo Luis Eugenio Basterra., actual vicepresidente del INTA y exministro de Producción de la provincia, que ocupaba el tercer lugar de la lista de candidatos a legisladores nacionales del FPV en los pagos de Gildo Insfrán.

En Santa Fe, Omar Perotti, Intendente de Rafaela, ex ministro de la producción durante la gobernación de Carlos Reutemann y nombrado como uno de los candidatos a ocupar el lugar de Domínguez en la cartera agropecuaria, encabezó la lista de diputados que obtuvo el 41,44 por ciento de los votos.

En esa misma lista, pero en tercer lugar, ingresó Claudia Giaccone, dirigente que responde a Agustín Rossi y delegada de la región sur de la Subsecretaría de Agricultura Familiar. Giaccone es una activa dirigente de Casilda, localidad agropecuaria del sur provincial.

También en Santa Fe pero por la oposición, ingresó Omar Barchetta, dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA), que ocupó varias veces la vicepresidencia de esa institución y milita en el Partido Socialista desde hace varios años. Barchetta fue impuesto por Hermes Binner en el tercer lugar, incluso ante la resistencia de miembros del partido.

También en la vereda de enfrente, la oposición logró que ingrese Bernardo Biella, un médico salteño que salió electo por la UDESO en esa provincia y que en su momento fue candidato a vicegobernador acompañando a Alfredo Olmedo, hijo del verdadero rey de la soja.

Más allá de esta escasa acumulación de escaños de agrodiputados opositores, la más mayor paliza fue la que recibió Mario Llambías en la provincia de Buenos Aires. El expresidente de CRA había sido la gran apuesta de Elisa Carrió en el armado de las listas pero quedó en el último lugar y perdió en distritos claves para el campo




Fuente: www.edicionrural.com

domingo, 9 de octubre de 2011

Ruleta soja


Original de la nota publicada en Noticias -08 octubre de 2011
Cada diez dólares que baja la soja las exportaciones argentinas pierden 450 millones de dólares y los ingresos por retenciones bajan 157,5 millones de dólares. Por eso las fluctuaciones del precio de la oleaginosa en Chicago se transformaron en la clave que puede condicionar las acciones políticas futuras de quien gobierne la Argentina.
A fines de agosto el precio alcanzó su tope de 534 dólares por tonelada, los más altos de la historia, y parecía que iba a continuar una carrera ascendente, pero la crisis europea impactó en la credibilidad mundial, se revalorizó el dólar, se conocieron los pronósticos de cosechas espectaculares en Sudamérica y reinaba buen clima en los Estados Unidos, un coctel que tiró los precios hacia abajo sumando preocupación a quienes ya habían empezado a gastar a cuenta.
Las exportaciones del complejo soja podrían llegar durante 2011 a las 45 millones de toneladas, si las promediamos por un precio FOB de 500 dólares, los ingresos nacionales por este rubro llegarían a los u$s 22.500 millones y los derechos de exportación del 35% alcanzarían unos u$s 7.875 millones, según cálculos realizados por la Bolsa de Comercio de Rosario.
La crisis griega sacudió los mercados, incluso los de commodities agrícolas, llevando el precio de la soja a negociarse a principios de semana cerca de los 430 dólares en Chicago, lejos de los valores más altos de la historia pero más cercano al número usado por el Ministerio de Economía para el presupuesto 2012. Desde el gobierno dicen que se utilizó un número “prudente” para evaluar los ingresos por el complejo sojero pero desde la oposición sostienen que se trata de una estrategia habitual: subestimar los ingresos es la madre de todas las leyes para tener excedentes que queden fuera del control parlamentario.
Entonces la pregunta es qué va a pasar con los precios de la soja en el futuro. Imposible saberlo con precisión, pero hay que tener en cuenta que la publicación especializada Oil World sostiene que los principales factores bajistas para la soja son la mayor oferta sudamericana, la presión de la cosecha en América del Norte y la crisis financiera y de deuda (principalmente en Europa) que no amaina, poniendo en riesgo el crecimiento económico mundial y por lo tanto la demanda potencial de alimentos.
Además, la demanda de la industria también se habría resentido por la caída de los márgenes económicos en el procesamiento de soja y una demanda de harina menos activa en el último trimestre. Incluso el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera, Alberto Rodríguez, sostuvo que desde “abril del año pasado la industria empezó a tener márgenes negativos, tanto por el aumento en dólares de los costos que enfrentamos como por la menor utilización de la capacidad instalada de nuestras usinas”.
Y la especulación financiera que se mueve en torno a estos mercados ya dio cuenta de todas estas alertas bajistas en torno a la soja y comenzó a salir de sus posiciones durante los precios alcistas de agosto.
Cuando la pregunta es cuál es el límite que tendrá esta caída de precios, aparece el fantasma de una sequía en Argentina y Brasil como el principal elemento a considerar. Si no llueve lo suficiente podría caer la producción en Brasil, el segundo productor mundial de soja, y bajarían los rendimientos en la Argentina, el tercer productor mundial, lo que se trasladaría rápidamente a los precios internacionales, sobre todo si se tienen en cuenta que las proyecciones de la demanda de China e India no parecen ser las más afectadas por los vaivenes económicos que sufre Europa.
Lo cierto es que tanto empresarios como políticos siguen con atención el precio del principal producto agrícola nacional ya que su fluctuación tiene impacto directo en la recaudación fiscal e indirecto en el movimiento de otras variables económicas fundamentales del país. Cuando muchos estén volviendo del último fin de semana largo del año, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estará terminando de preparar el próximo informe que presentará el 12 de octubre y allí se volverán a barajar las cartas de un juego en el que la Argentina es uno de los principales apostadores.

martes, 6 de septiembre de 2011

Acercamientos y transgénicos

Original de la nota publicada en Noticias el 3 de septiembre de 2011

Los pronósticos de los analistas decían que el “voto del campo” podía cambiar el resultado de las elecciones primarias. No fue así. Lo que realmente sucedió es que luego de finalizado el escrutinio se modificaron las actitudes entre el oficialismo y algunos dirigentes del campo, hubo acercamientos inesperados y no tanto, se aceleraron políticas de aprobación de transgénicos y se pusieron bajo la alfombra mutuas acusaciones. Por esos artificios de la política, el “yuyo” ya no es un yuyo, los esclavistas de ayer se convirtieron en destacados empresarios que “exportan tecnología al mundo con valor agregado”, algunos dirigentes rurales sonríen junto a ministros en la foto de los diarios y comenzó a transitarse un camino que podría significar el entierro definitivo de la Mesa de Enlace.
Los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, y de Economía, Amado Boudou, compartieron  un acto el sábado pasado junto al presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, en la ciudad santafesina de Alcorta –un pueblo agrícola ubicado a 90 kilómetros de Rosario- donde anunciaron que el gobierno nacional construirá un monumento conmemorativo del "Grito de Alcorta", rebelión de los pequeños chacareros de la Pampa húmeda que dio origen a la FAA, y del cual se cumplirán 100 años en junio de 2012.
"Es un momento de encuentro, de abrir los brazos, de poder hacer cosas juntos" con las entidades del agro, afirmó Boudou y llamó a seguir “trabajando juntos" porque "las discusiones que tenemos son transitorias ". A su lado, Buzzi sonreía.
Por su parte, Domínguez repitió una anécdota personal que usó muy a menudo desde que la presidenta Cristina Kirchner le encomendó hacerse cargo del ministerio: "Yo me siento socialmente federado, filosóficamente cooperativista, soy nieto de un gringo muy pobre que con la chacra le dio de comer a ocho hijos, y venimos a honrar a esta organización que es propia de Santa Fe". La anécdota le da sus frutos, a juzgar por los resultados electorales logrados en su candidatura a primer diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y la descompresión alcanzada en la relación con el campo desde que asumió la cartera.
Rápido en sus reflejos, Buzzi afirmó que "el gobierno nacional está reconociendo un hecho clave para la historia agraria de nuestro país, y eso lo valoramos". Y agregó: "En los últimos tiempos pareciera que existen algunos gestos aislados del Ejecutivo, tendientes a mejorar algunas situaciones específicas de urgencia de algunos productores agropecuarios".
EL YUYO. TRANSGENICO
Horas antes, el ministro Domínguez recorrió en Venado Tuerto (Santa Fe) la planta de producción de semillas y el laboratorio de biotecnología de la multinacional de origen holandés Nidera, que en enero pasado había sido acusada por la Administración Federal de Ingresos Públicos y por el Ministerio de Trabajo por tener trabajadores en condiciones de esclavitud.
Mientras la situación de esos 130 trabajadores se pierde en los vericuetos judiciales, las altisonantes acusaciones oficiales dieron paso a las visitas ministeriales con elogios a la capacidad exportadora de Nidera, que vende al exterior más del 30 por ciento del aceite de soja comercializado por el país y más del 35 por ciento de la semilla que se esparcen por los campos argentinos.
Domínguez fue acompañado por el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, ex decano de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires y responsable del avance logrado con las empresas semilleras para un nuevo marco normativo en la aprobación de eventos biotecnológicos, mucho más laxo en las exigencias y más rápido en sus resoluciones.
Pocos días antes Basso lo había presentado en la reunión anual de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), el mismo lugar que eligió para anunciar que Argentina autorizó el uso de dos nuevas sojas transgénicas de la empresa alemana Bayer. Se trata de semillas de soja con un gen resistente al herbicida glufosinato de amonio, que ya estaba autorizado en maíz.
De esta manera, pasaron 15 años para que la Argentina vuelva a autorizar una nueva soja transgénica, luego de aquel visto bueno otorgado precisamente a Nidera en 1996 para que pueda comercializar la soja resistente a glifosato que hoy (con distintas marcas) está sembrada en más del 90 por ciento de los campos sojeros nacionales.
En la Argentina hay hasta el momento 20 eventos biotecnológicos aprobados. Catorce corresponde a maíz, tres a algodón y tres a soja y los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner ostentan el primer puesto en la aprobación de transgénicos en la Argentina con 13 resoluciones desde 2003 hasta ahora: 11 en maíz y 2 en soja. Y con el nuevo marco normativo se vienen más autorizaciones, sobre todo para equipararlas con las aprobaciones realizadas en los países vecinos: Brasil y Paraguay.
Un tema pendiente que puede generar rispideces, sobre todo con Federación Agraria, es la necesidad de las empresas de cobrar regalías por la investigación que demandan estos productos, principalmente en trigo y soja porque son plantas autógamas, es decir que las semillas de estos dos cultivos pueden volver a sembrarse sin perder calidad. Esto permite que muchos productores hagan su propia semilla (autorizados por la ley actual) o comercializadores no autorizados vendan “bolsas blancas” (sin marca) imposibilitando que las semilleras cobren las regalías.
Las actitudes oficiales indudablemente han cambiado, pero de todas maneras a las empresas semilleras no les molesta que los discursos vayan por un lado (críticas a la soja, los transgénicos, el glifosato, etc.) mientras en las resoluciones se avance en lo que realmente les importa: la autorización de nuevos materiales transgénicos o la definición de un sistema que garantice a las semilleras el cobro de la propiedad intelectual del desarrollo biotecnológico.


Maradona y Ronaldinho
La soja resistente a glifosato se autorizó en la Argentina varios años antes que en Brasil. Los productores cariocas la llevaban desde nuestro país y la sembraban en sus campos. Por su origen y porque era un poco más baja y redondeada, los brasileños la llamaban la soja “Maradona”. Ahora Brasil avanzó más rápidamente en la aprobación de la soja BtRR2Y -que combina protección contra insectos y un nuevo gen de resistencia a glifosato- y paralelamente definió un sistema que garantiza el cobro de las regalías. Paraguay también. Por eso el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, advirtió que si Argentina no hace lo mismo va a ser difícil evitar que en nuestros campos aparezca “la soja Ronaldinho”.

lunes, 11 de julio de 2011

Las Huellas de los Alimentos

Original de la nota publicada en Noticias -08 julio de 2011

La medición del agua virtual y de la generación de gases de efecto invernadero pueden transformarse en una barrera para nuestras exportaciones de alimentos. También pueden significar una posibilidad de acceder a mercados de alto valor. Dos ejes de análisis de Congreso Tecnológico CREA que reunió a casi 3 mil asistentes.

¿Alguna vez se puso a pensar cuánta agua se gastó en producir el alimento que está por consumir? ¿O cuánto dióxido de carbono se generó en su producción? Seguramente no, pero si lo hiciera el impacto sería mayúsculo. Por ejemplo, según la organización Huella Hídrica (www.waterfootprint.org) para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 16 mil litros de agua, para una taza de café 140 litros, un litro de leche demanda mil litros, un kilo de maíz 900 litros, un kilo de arroz casi 3 mil y un kilo de soja 1.800 litros.
Quizás el verbo “gastar” no sea el más apropiado, porque esa agua continúa en el ciclo natural y puede “volver” en tantos otros alimentos o procesos. Pero lo cierto es que la posibilidad de acceso a ese elemento será una de las limitantes de la producción en el futuro y ya comienza a medirse el “consumo de agua virtual” que encierra cada uno de los productos.
Estas mediciones, junto a las que mensuran la cantidad de gases de efecto invernadero que se produjeron en la elaboración de alimentos y otros objetos pueden constituir una barrera para arancelaria que tenga en cuenta la comercialización de este mundo cada vez más globalizado.
Precisamente la huella hídrica y la huella de carbono fueron dos de los ejes sobre los que rotaron las disertaciones del Congreso Tecnológico de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) que reunió en Córdoba a 2.975 asistentes.
Cabe preguntarse qué sentido tiene medir el agua virtual, para qué puede servir y con qué objeto. El interés se origina en que el uso del agua en la producción puede impactar finalmente en el consumo humano de ese elemento y la escasez o contaminación del agua pueden ser mejor entendidos o gestionados considerando la producción y cadenas de distribución de productos en su totalidad.
En su disertación en el Congreso Tecnológico CREA, Ernesto Viglizzo, investigador del INTA y del Conicet, consideró que “el gran dilema de los próximos años va a ser la gestión del agua. El clima en las regiones subhúmeda y semiárida argentina tiene fases secas y húmedas que son cíclicas; aparentemente en los últimos años, específicamente a partir del año 2002, estaríamos ingresando en una fase seca en esa franja del país y eso nos obliga a ser más cuidadosos con el uso del agua”, agregó.
“También hay señales claras –apuntó Viglizzo- de que el número de hectáreas bajo riego a partir de acuíferos subterráneos crece exponencialmente en algunas provincias argentinas. Este proceso se desarrolló sin haberse evaluado debidamente cuánta agua se extrae para el riego y cuánta agua se recarga a través de las lluvias. Las tendencias del nivel freático, muy poco evaluadas todavía en el país, pueden ayudar a esclarecer cuán seguro es el cambio de sistema que está ocurriendo de manera silenciosa”.
“Tenemos que ser conscientes de que, si bien podemos extraer agua subterránea con ligereza, éste no es un recurso ilimitado”, alertó el investigador del INTA.
Indudablemente no es un problema solo argentino, al menos no debe verse así. Yolanda Kakabadse, presidente del Directorio Internacional del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Internacional) y exministra de Ambiente de Ecuador, consideró que “estos tiempos son de escenarios inciertos en el mundo, con sequías e inundaciones por igual, la aparición de bacterias, vectores desconocidos en algunos lugares del planeta y crisis económicas insospechadas”, graficó. Esta incertidumbre plantea nuevos escenarios “donde el ambiente recobra importancia” y recordó que, una década atrás, la temática verde era apenas un espacio para ecologistas e idealistas que “molestaban” con una agenda confrontada al desarrollo y la economía y a la que se acusaba de preocuparse más por la naturaleza que por el hombre. Hoy es imprescindible reconocer el valor importante que tienen el ambiente y la naturaleza”, subrayó Kakabadse.
Precisamente otro gran dilema de la producción mundial es el calentamiento global, por eso la “huella de carbono”, que representa la totalidad de los gases de efecto invernadero que son emitidos por efecto directo o indirecto en la producción, es otro de los elementos que fue tenido en cuenta por CREA durante el Congreso Tecnológico de Córdoba.
Ya desde 2007 CREA viene realizando el “Proyecto Mercado de Carbono” que trabaja en identificar esta huella en 4 sectores: tambos, ganadería, cultivos extensivos y cultivos intensivos para hacer frente a temas comerciales y de acceso a mercados y sobre todo para ayudar a mitigar las emisiones de dióxido de carbono.
“El cálculo de la huella de carbono de un producto puede ser útil para analizar el consumo energético presente en el ciclo de vida del mismo y evaluar sí eventualmente es posible aplicar medidas de reducción o eficientización energética”, apuntó Viglizzo.
Pero no solo la producción emite gases nocivos para el ambiente, por eso Viglizzo se preguntó: “¿Cuánto cuesta en términos de huella de carbono hacer cruzar un producto por el océano para que llegue a Europa? Esta es una cuestión emergente que puede llegar a representar una barrera para-arancelaria para nuestros productos agropecuarios”.
Los impactos ambientales y sus consecuencias comerciales pueden significar un riesgo para un país productor de alimentos como lo es Argentina, aunque pueden transformarse en una oportunidad si el país consigue anticiparse a las nuevas exigencias que pueden llegar a venir. Habrá compradores que demanden productos que “ahorren” agua en su producción, que generen menos gases nocivos y también habrá compradores que estén dispuestos a pagar más por ello.

ESTA NOTA FUE NOMINADA COMO FINALISTA EN LA CATEGORÍA MERCOSUR DEL PREMIO MASSEY FERGUSON.
http://www.premiomassey.blogspot.com.ar/

domingo, 15 de mayo de 2011

Maquinarias con los números al rojo

Original de la nota publicada en Noticias -14 de mayo de 2011
El gobierno impuso restricciones a la importación para frenar el déficit comercial de la maquinaria agrícola. El ingreso está casi paralizado desde diciembre de 2010. Las empresas apuran inversiones y tratan de compensar con exportaciones para poder traer nuevos equipos.
La urgencia oficial por frenar el rojo de la balanza comercial de 911,6 millones de dólares en maquinaria agrícola mantiene en vilo a los importadores que no pueden ingresar desde diciembre pasado equipos a la Argentina, dejando desabastecidos a los productores locales, sobre todo de cosechadoras y tractores de alta gama. Anuncios apurados de inversiones, viejos proyectos que se desempolvaron a contra reloj y promesas de más producción local no han podido revertir hasta el momento una situación que está llegando al límite porque se ha vendido toda la maquinaria que ingresó hasta el último mes del año pasado.
Las redes de concesionarios y servicios postventa de las principales multinacionales que comercializan maquinaria agrícola en la Argentina ya no tienen equipos ni repuestos para entregar y deben soportar el peso de una estructura que se preparaba para las buenas ventas esperadas en un año de excelentes precios de los productos del campo.
Las importaciones, según datos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), llegaron el año pasado a u$s 1198,7 millones, llevando el rojo de la balanza comercial del sector de los u$s 324,7 millones registrados en 2009 a u$s 911,6 millones, haciendo sonar una alarma en los despachos de la Ministro de Industria, Debora Giorgi, y del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La acción fue inmediata y la decisión clara: no ingresa un equipo más sino tiene una contrapartida de exportación por el mismo valor.
El uso del mecanismo de licencia no automáticas le permitió al Gobierno cerrar rápidamente el grifo y poner a las empresas multinacionales en la obligación de presentar alternativas para compensar el desajuste. Pero cualquier proyecto de fabricación de maquinaria agrícola requiere inversiones millonarias que no se definen de la noche a la mañana, así que los directivos locales tuvieron que salir a dar explicaciones en las casas matrices de la nueva exigencia de uno de los mercados más apetecidos en el mundo y comenzaron a diseñar planes de inversión.
Las principales empresas afectadas por la restricción son John Deere, CNH (una empresa del grupo Fiat que comercializa las marcas Case y New Holland), AGCO (con las marcas Massey Ferguson, AGCO Allis, Valtra y Challenger) y Class. Todas, con diferentes propuestas pasaron por los despachos de Giorgi y Moreno para destrabar la situación.
El grupo Fiat apuró el anuncio de una inversión de 100 millones de dólares en una planta en Córdoba para fabricar tractores y cosechadoras que se venderán en Latinoamérica. Amaurí Fagundes, Gerente Comercial de New Holland, en la Argentina sostuvo que la inversión ya estaba en carpeta pero “lo que cambió en nuestra planificación fue el tiempo. Teníamos un espacio de tiempo mayor para ingresar al país y tuvimos que anticipar esa definición y cambiar un poco la estrategia. Antes pensábamos hacer una línea de productos estándar y ahora decidimos que vamos a hacer una línea de productos exclusivos en Argentina. Fabricaremos para toda Latinoamérica cosechadoras de clase 8 y 9 (grandes) y también tractores fruteros que hoy vienen de Turquía y de Italia”.
El apuro empresario para buscar una salida está más que justificado, ya que el pico de ventas de cosechadoras se da entre febrero y abril impulsados mayormente por la soja, porque casi el 75 por ciento de las ventas de estos equipos corresponden a los cultivos cosecha gruesa, y el otro 25 por ciento a los cultivos de invierno, especialmente el trigo. Los tractores, en cambio, se venden en su mayoría entre mayo y octubre.
Fagundes calcula que tienen “retrasada” la venta de unos 400 tractores y 150 cosechadoras de  New Holland, ya que confía en que los clientes no van a reemplazarlos por otros de producción nacional debido a las diferencias tecnológicas. “Son productos distintos”, aclara.
John Deere corrió con alguna ventaja y pudo ingresar 151 cosechadoras debido al excedente de exportación de su fábrica de motores que tiene en la ciudad santafesina de Granadero Baigorria, que destina el 90 por ciento de su producción al mercado externo y promete aumentar en un 50 por ciento la producción de acá al 2015.
John Deere tiene en su planta de Granadero Baigorria una delegación interna de la Aduana donde se acumulan los equipos que esperan la aprobación de su licencia de importación. Más de un productor que llegó a apurar el trámite a la empresa era acompañado por los directivos de la multinacional para mostrarle que su maquinaria estaba allí. Eso sí, no la podía tocar y mucho menos retirarla.
Agco por su parte, presentó una propuesta para tener una mayor participación directa en la fabricación e incrementar la producción con más componentes nacionales. La empresa ya tiene una línea nacional con siete modelos, cinco de ellos con una composición de un 80 por ciento de fabricación nacional, y los otros dos con un 40 por ciento.
La alemana Class también se sentó en los despachos de Industria con un difícil plan para equilibrar en el segundo semestre del año las importaciones de cosechadoras y picadoras de forraje con el envío al exterior de cabezales girasoleros y otras agropartes.
Si avanza el ansiado propósito oficial de compensación de importaciones, el país más afectado sería Brasil, nuestro principal socio del Mercosur, ya que un 54,6 por ciento de los equipos tienen un origen carioca. También se importa maquinaria agrícola desde Estados Unidos, pero con un porcentaje mucho menor: 17,2 por ciento. El podio lo completa Alemania que es el origen de un 8,3 por ciento de los equipos importados.
Según datos de la Consultora Investigaciones Económicas Sectoriales, las importaciones desde Brasil crecieron 226 por ciento entre 2009 y 2010, muy por encima del promedio (105%) de los otros orígenes y mucho más arriba que los ingresos desde Estados Unidos que solamente crecieron 58 %, lo que demuestra que envíos de las multinacionales se desplazaron hacia el país vecino por las menores restricciones del comercio intra Mercosur durante el año pasado.
Desde que comenzó este 2011 las limitaciones continúan y las empresas despliegan hacia el gobierno las más diversas estrategias de seducción, que contemplan un mix de inversiones, mutismo ante la prensa y palabras medidas al extremo. Paralelamente hacen números, calculan cuántos equipos quedarán en el camino y hasta cuándo deben retrasar las ventas en un año de buenos precios agrícolas.

viernes, 29 de abril de 2011

TRIGO Y MAIZ: El costo de ser un productor argentino

Original de la nota publicada en Noticias - 29 de abril de 2011
Los agricultores argentinos pierden más dinero con la excusa de una “menor confiabilidad” por parte de los compradores que lo que abonan por retenciones al Estado. Un promedio de 280 dólares por hectárea en trigo y de 230 dólares/ha en maíz van a parar al bolsillo de exportadores y molineros.

 Los agricultores argentinos pierden más por “descuentos extras” en algunos productos que lo que pagan en concepto de derechos de exportación al Estado. La situación más notoria se da en el mercado de trigo, donde un productor paga un 23 por ciento por derechos de exportación y soporta una extracción de un 26 por ciento adicional por “costo argentino”, según calculan los especialistas a partir del precio posible que podría conseguirse si los mercados funcionaran regularmente (ver gráfico).
Una maraña de intervenciones no virtuosas del Estado, sumada a la acción de un mercado concentrado de exportación y molienda, hacen que los productores nacionales reduzcan dramáticamente sus ingresos que pasan a engrosar, en la mayoría de los casos, el bolsillo de poderosas compañías multinacionales.
Uno de los elementos que define a los commodities es su bajo nivel de diferenciación y su precio internacionalizado, más allá de las alteraciones generadas por el costo de transacción o transporte. Pero los productores argentinos de cultivos agrícolas soportan un cargo adicional, superior incluso al porcentaje de retenciones que los exportadores le descuentan para hacer frente al derecho de exportación que cobra el Estado.
Un escenario similar al trigo viven los productores nacionales de maíz que sobrellevan una extracción calculada en 50 dólares por tonelada, una situación que no se refleja en el mercado de soja, el cultivo más beneficiado por las acciones oficiales a pesar de los discursos altisonantes en su contra.
Según Enriqueta Gil Belloni, de la Asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agrícola (AACREA) “si tomamos el rinde promedio de la actual campaña para ambos cultivos (3.400 kilogramos para trigo y 6.700 para maíz) sobre el promedio del descuento que se realizó en lo que va del 2011, podemos calcular que se restan 280 y 230 dólares por hectárea, respectivamente, del bolsillo del productor”.
“Este descuento se calcula a partir de una paridad teórica, que parte del valor FOB Golfo para terceros destinos (Norte de África). Permitiendo saber a qué precio podríamos vender para competir con Estados Unidos en esos destinos”, explica la especialista.
“Este es un buen precio de referencia, ya que permite ver los descuentos que puede haber respecto del mercado internacional, o sea en momentos donde las exportaciones están cerradas el FOB nuestro pierde validez y por lo general no sigue estos valores ya que no está habiendo negocios. Además permite ver si hay un descuento `Argentina´, ya que puede que nuestros compradores paguen menos por la menor confiabilidad”, sostiene Gil Belloni.
“La continua intervención en el mercado del trigo hace que los precios estén fuertemente descontados y que siga sin haber precios pizarras que se puedan tomar como referencia. En el año 2010, la única pizarra que publicó precios fue la de Quequén, pero tan sólo 18 días. En lo que va del año 2011 ninguna de las pizarras publicó precios para el trigo”, sostienen en AACREA.
Por otra parte, desde la organización que nuclea a los productores nacionales de punta advierten que en la Argentina “el precio está totalmente `planchado´  y no copia nada de la volatilidad que se observa en los mercados externos. En Chicago, la posición Julio 2011 osciló en los últimos 4 meses entre los 260 y los 340 dólares por tonelada, mientras que en el MATba (Mercado a Término de Buenos Aires) casi no hubo variación” (ver gráfico).
TODO EL PAN
En la convocatoria al congreso A Todo Trigo que la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Granos realizará el 5 y 6 de mayo en Mar del Plata se afirma que “en las últimas 4 campañas, los productores aportaron más de u$s 4.600 millones. Cuando esa cifra se convierte en toneladas, surge que el aporte no voluntario de los productores ascendió a 20 millones de toneladas, superando en 2 millones el consumo total interno de trigo del período, que totalizó unas 18 millones de toneladas”.
Hasta el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Christián Amuchástegui, aprovechó la presencia del Ministro de Agricultura, Julián Domínguez,  en el remate del primer lote de soja de la campaña para remarcar “los contrastes que muestra el comercio de los distintos productos”. El de soja “ha funcionado razonablemente bien” pero “en maíz y trigo las medidas de cuotificación y direccionamiento de cupos de exportaciones han provocado enormes dificultades”.
Ni siquiera Amuchástegui que, en sobradas oportunidades demostró su intención de consensuar con el oficialismo, pudo dejar de objetar que “el sistema de compensaciones en trigo y maíz no ha arrojado resultados positivos. Desde el 2007 a la fecha se han desembolsado más de $ 10.500 millones en subsidios. Sin embargo, si se mide su efecto en el consumidor, advertimos que el pan y la carne han multiplicado sus precios”.
Más allá de algunas posiciones nostálgicas, nadie discute las intervenciones del Estado pero las acciones oficiales en trigo y maíz  distan de ser virtuosas: los productores pierden plata que va a parar a los bolsillos de las multinacionales, el Estado paga subsidios millonarios y los consumidores argentinos siguen soportando aumentos de los productos como el pan y la carne.


Grafico 1 DESCUENTO “ARGENTINO” 2003/2011
El 0 es una paridad teórica, que parte del valor FOB Golfo para terceros destinos (Norte de África). Permitiendo saber a qué precio podríamos vender para competir con EEUU en esos destinos.




Grafico 3 DESCUENTOS EN TRIGO
Nota: El "Descuento Extra" es calculado a partir de los descuentos que existen entre el FOB Teórico y el FOB oficial, más el descuento entre el FAS Teórico y el Precio disponible. Los porcentajes correspondientes a la barra de la derecha representan los valores promedios de los ultimos 3 meses.


martes, 22 de marzo de 2011

Fuerte aumento del precio de los campos agrícolas

Los campos agrícolas aumentaron un 25 por ciento en el último año, según datos de una de las principales inmobiliarias del sector, impulsados por las buenas cotizaciones de los granos y la demanda sostenida de empresarios que quieren entrar al negocio.


Según la Compañía Argentina de Tierras un campo apto para producir maíz en la zona de Pergamino, Rojas o Salto, en el Norte de la provincia de Buenos Aires, o también en localidades del Sur de Santa Fe, tiene un costo de 15 mil dólares la hectárea, mientras que en marzo de 2010 esa misma inmobiliaria lo cotizaba en 12 mil pesos la hectárea.

Sucede algo similar para un campo triguero, como puede ser uno del Sudeste bonaerense, donde los precios están actualmente en 6 mil dólares la hectárea, cuando en el marzo de 2010 alcanzaban los 4.800 dólares. También un 25 por ciento promedio de aumento en los últimos doce meses.

Además, los campos para invernada registraron una suba importante, en este caso del 15,4 por ciento, ya que pasaron de 6.500 dólares la hectárea en marzo de 2010 a 7.500 dólares en lo que va de marzo de este año 2011.

Si bien no son muchos los negocios que se concretan a estos importes, los buenos precios de los productos agrícolas y de la hacienda de invernada, hace que los vendedores se afirmen en sus pedidos y no suelten los campos por valores menores. Paralelamente muchos empresarios nuevos en el rubro están tratando de conseguir tierras para comenzar a producir y otros buscan en los campos una reserva de valor a largo plazo. Así el mercado está afianzado en sus precios, con muchos actores buscando entrar al negocio pero pocos dispuestos a abandonarlo.

martes, 8 de febrero de 2011

MAQUINARIA AGRICOLA / El boom Pyme

Original de la nota publicada en Noticias - 05 de febrero de 2011
La industria revive por los precios agrícolas y por la fabricación en el interior.







Las ventas de maquinaria agrícola tuvieron un muy buen 2010 y no pueden tener mejor pronóstico para este año. Ayudó mucho el precio de los granos; en parte el clima en las principales zonas; otro poco el cambio de perspectiva general para la producción animal y la imparable intensificación de la ganadería y la lechería. El único escollo sigue siendo la altísima dependencia de la importación en algunos rubros, sobre todo del mercado brasileño que está subido en una ola de crecimiento del sector agropecuario que amenaza con inundar también toda la agroindustria local.

Según IES Consultores (Informes Económicos Sectoriales) en los primeros ocho meses de 2010 se importó maquinaria agrícola por 622 millones de dólares, lo que implica casi un 70 por ciento más que en los mismos meses de 2009, principalmente en tractores, cosechadoras, cabezales y pulverizadoras. Así el balance del comercio exterior de maquinaria agrícola, muestra un déficit de 324,8 millones de dólares y se constituye en la principal alerta roja a tener en cuenta. Este es el resultado de 584,7 millones de dólares de importaciones y 259,9 millones de exportaciones.

Brasil fue el origen del 53,3 por ciento de las máquinas ingresadas, mucho más que Estados Unidos que fue el segundo vendedor con 17,3 por ciento y Alemania el tercero con el 7,5 %, ambos cada vez más desplazados por las ventas del gran país sudamericano.

Con números diferentes pero igual entusiasmo, para el Ingeniero Mario Bragachini, uno de los principales referentes en maquinaria agrícola del INTA, los números de 2010 cerraron con un “récord de ventas totales (incluyendo repuestos) de 1.380 millones de dólares, de los cuales 840 millones corresponden a máquinas producidas en el país”.

“El anterior récord de venta fue en el año 2007 con 1.350 millones de dólares y que en 2009 fue de 1.090 millones, por lo tanto el aumento de la presente campaña respecto al año anterior será del 26,6% dolarizado, aproximadamente”, calculó Bragachini.

“Hoy el mercado se encuentra muy activo por el alto precio de los granos, por la buena motivación que generan los precios y el futuro de la ganadería porcina y bovina –carne y leche–. También el crédito del Banco Nación Argentina con tasa subsidiada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca fue estratégico para movilizar este mercado y la industria nacional”, destaca Bragachini, un hombre de consulta permanente para los empresarios del sector.

Luis Nardi, Presidente de Agroactiva, la principal exposición del sector de maquinaria agrícola, espera que “este año sea igual o superior al año pasado”, sobre todo si se mantienen “los actuales niveles de precio y el clima continúa con las mejoras de las últimas semanas”.

Agroactiva se va a realizar entre Carcarañá y Casilda en Santa Fe del 9 al 11 de junio, cuando ya la cosecha de soja esté finalizada en casi todo el país, por eso se constituye en uno de los principales termómetros del mercado de maquinaria agrícola argentino.

Nardi proyecta que la exposición crecerá un 15 por ciento respecto del año anterior y argumenta que ya llevan vendido el doble de stands que el año pasado en esta misma época, lo que muestra el impulso que tiene el mercado de maquinarias.

“Hay un cierto atraso –comenta Nardi- derivado de las campañas de 2008 y 2009. Pienso que en materia de sembradoras se está necesitando más renovación y allí hay una oferta muy buena, te diría excelente y variada. También en el resto de los productos se necesita una cierta renovación y eso va a depender de la cantidad y calidad de la cosecha y de que se mantengan los precios actuales”.



TRABAJO Y DOLARES. La industria de la maquinaria agrícola local tiene una importancia superlativa en el interior del país, ya que se encuentra repartida en 730 pequeñas y medianas empresas, de las cuales 290 son agropartistas, y emplean en forma directa e indirecta unos 90 mil puestos de trabajo, de acuerdo a un informe del Proyecto de Eficiencia de Cosecha, Postcosecha de Granos y Agroindustria en Origen (PRECOP).

Ese mismo informe detalla que las 730 pymes, ubicadas en más de un 80 por ciento en pequeñas ciudades del interior, facturaron entre el mercado interno y la exportación unos 1.080 millones de dólares, a razón de 12 mil dólares por cada puesto de trabajo.

Bragachini, técnico del INTA Manfredi (Córdoba) aclaró que “si bien se facturó 26,6% más que en el 2009, los márgenes de ganancia no se incrementaron en la misma medida, ya que la súper oferta de marcas y modelos provocaron una comercialización con márgenes reducidos. A esto hay que sumarle que en Argentina se sobrevaloran las máquinas usadas en el recambio”.

Si bien sigue siendo deficitario el balance comercial de la maquinaria agrícola, sirven para entusiasmarse el crecimiento constante de las ventas al exterior. “En 2002 Argentina exportaba maquinaria por 10,3 millones de dólares; en 2005: U$S 47 millones, y se estima que en 2010 se exportó por U$S 260 millones, con una proyección de alcanzar los 400 millones de dólares en 2015”, estima Bragachini.

El referente del INTA Manfredi destacá además que “hoy exportan 100 empresas del sector a 32 países del mundo y unas 15 de ellas superan el 40% de su facturación en los mercados externos”.

La consultora IES, que se encuentra procesando los números definitivos del año que pasó, afirma que en los primeros ocho meses “las exportaciones de maquinaria agrícola alcanzaron los U$S 196,5 millones y crecieron un 17,4% con relación a los U$S 167,4 millones exportados en iguales meses de 2009, por lo que revirtieron la fuerte caída del 51% en el total de este último. Ello quiebra la tendencia decreciente del pasado año y recupera levemente el fuerte sendero ascendente registrado entre 2006 y 2008”.

En cuanto al destino de las exportaciones, en los meses de enero a agosto de 2010 no se verificaron cambios de importancia respecto de los mismos meses de 2009, ya que Venezuela mantuvo el primer lugar con el 28,2%. El segundo lugar lo ocupó Uruguay, con el 18,9%, que desplazó a Brasil al tercer lugar, con el 15,6%. Entre los tres abarcan cerca del 63% del valor total exportado”.

Luis Nardi, mientras revisa los números de las ventas al exterior de 2010, recuerda: “Veinte años atrás no se pensaba en exportar, eramos pocos los que imaginábamos eso, era una utopía. Hoy es sorprendente lo que han crecido las empresas nacionales, así que si continúa el camino del crecimiento es posible que en pocos años igualemos a la oferta que llega desde el exterior”.

Por ahora un sueño que choca contra el aumento de las importaciones, sobre todo de tractores, cosechadoras y pulverizadoras. El tiempo dirá.





- Para el INTA las ventas totales (incluyendo repuestos) alcanzaron los 1.380 millones de dólares.

- En 2010 se importó casi un 70 por ciento más de maquinarias que en 2009.

- Más de la mitad se importa desde Brasil.

- La exposición Agroactiva proyecta crecer un 15 por ciento, respecto de 2009.

- La industria de la maquinaria agrícola está conformada por 730 pymes que emplean 90 mil personas, directa e indirectamente.