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Pase, lea y opine. Algunas notas publicadas en Noticias, edicionrural.com o desgrabaciones de micros que hice en diferentes radios


domingo, 15 de mayo de 2011

Maquinarias con los números al rojo

Original de la nota publicada en Noticias -14 de mayo de 2011
El gobierno impuso restricciones a la importación para frenar el déficit comercial de la maquinaria agrícola. El ingreso está casi paralizado desde diciembre de 2010. Las empresas apuran inversiones y tratan de compensar con exportaciones para poder traer nuevos equipos.
La urgencia oficial por frenar el rojo de la balanza comercial de 911,6 millones de dólares en maquinaria agrícola mantiene en vilo a los importadores que no pueden ingresar desde diciembre pasado equipos a la Argentina, dejando desabastecidos a los productores locales, sobre todo de cosechadoras y tractores de alta gama. Anuncios apurados de inversiones, viejos proyectos que se desempolvaron a contra reloj y promesas de más producción local no han podido revertir hasta el momento una situación que está llegando al límite porque se ha vendido toda la maquinaria que ingresó hasta el último mes del año pasado.
Las redes de concesionarios y servicios postventa de las principales multinacionales que comercializan maquinaria agrícola en la Argentina ya no tienen equipos ni repuestos para entregar y deben soportar el peso de una estructura que se preparaba para las buenas ventas esperadas en un año de excelentes precios de los productos del campo.
Las importaciones, según datos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), llegaron el año pasado a u$s 1198,7 millones, llevando el rojo de la balanza comercial del sector de los u$s 324,7 millones registrados en 2009 a u$s 911,6 millones, haciendo sonar una alarma en los despachos de la Ministro de Industria, Debora Giorgi, y del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La acción fue inmediata y la decisión clara: no ingresa un equipo más sino tiene una contrapartida de exportación por el mismo valor.
El uso del mecanismo de licencia no automáticas le permitió al Gobierno cerrar rápidamente el grifo y poner a las empresas multinacionales en la obligación de presentar alternativas para compensar el desajuste. Pero cualquier proyecto de fabricación de maquinaria agrícola requiere inversiones millonarias que no se definen de la noche a la mañana, así que los directivos locales tuvieron que salir a dar explicaciones en las casas matrices de la nueva exigencia de uno de los mercados más apetecidos en el mundo y comenzaron a diseñar planes de inversión.
Las principales empresas afectadas por la restricción son John Deere, CNH (una empresa del grupo Fiat que comercializa las marcas Case y New Holland), AGCO (con las marcas Massey Ferguson, AGCO Allis, Valtra y Challenger) y Class. Todas, con diferentes propuestas pasaron por los despachos de Giorgi y Moreno para destrabar la situación.
El grupo Fiat apuró el anuncio de una inversión de 100 millones de dólares en una planta en Córdoba para fabricar tractores y cosechadoras que se venderán en Latinoamérica. Amaurí Fagundes, Gerente Comercial de New Holland, en la Argentina sostuvo que la inversión ya estaba en carpeta pero “lo que cambió en nuestra planificación fue el tiempo. Teníamos un espacio de tiempo mayor para ingresar al país y tuvimos que anticipar esa definición y cambiar un poco la estrategia. Antes pensábamos hacer una línea de productos estándar y ahora decidimos que vamos a hacer una línea de productos exclusivos en Argentina. Fabricaremos para toda Latinoamérica cosechadoras de clase 8 y 9 (grandes) y también tractores fruteros que hoy vienen de Turquía y de Italia”.
El apuro empresario para buscar una salida está más que justificado, ya que el pico de ventas de cosechadoras se da entre febrero y abril impulsados mayormente por la soja, porque casi el 75 por ciento de las ventas de estos equipos corresponden a los cultivos cosecha gruesa, y el otro 25 por ciento a los cultivos de invierno, especialmente el trigo. Los tractores, en cambio, se venden en su mayoría entre mayo y octubre.
Fagundes calcula que tienen “retrasada” la venta de unos 400 tractores y 150 cosechadoras de  New Holland, ya que confía en que los clientes no van a reemplazarlos por otros de producción nacional debido a las diferencias tecnológicas. “Son productos distintos”, aclara.
John Deere corrió con alguna ventaja y pudo ingresar 151 cosechadoras debido al excedente de exportación de su fábrica de motores que tiene en la ciudad santafesina de Granadero Baigorria, que destina el 90 por ciento de su producción al mercado externo y promete aumentar en un 50 por ciento la producción de acá al 2015.
John Deere tiene en su planta de Granadero Baigorria una delegación interna de la Aduana donde se acumulan los equipos que esperan la aprobación de su licencia de importación. Más de un productor que llegó a apurar el trámite a la empresa era acompañado por los directivos de la multinacional para mostrarle que su maquinaria estaba allí. Eso sí, no la podía tocar y mucho menos retirarla.
Agco por su parte, presentó una propuesta para tener una mayor participación directa en la fabricación e incrementar la producción con más componentes nacionales. La empresa ya tiene una línea nacional con siete modelos, cinco de ellos con una composición de un 80 por ciento de fabricación nacional, y los otros dos con un 40 por ciento.
La alemana Class también se sentó en los despachos de Industria con un difícil plan para equilibrar en el segundo semestre del año las importaciones de cosechadoras y picadoras de forraje con el envío al exterior de cabezales girasoleros y otras agropartes.
Si avanza el ansiado propósito oficial de compensación de importaciones, el país más afectado sería Brasil, nuestro principal socio del Mercosur, ya que un 54,6 por ciento de los equipos tienen un origen carioca. También se importa maquinaria agrícola desde Estados Unidos, pero con un porcentaje mucho menor: 17,2 por ciento. El podio lo completa Alemania que es el origen de un 8,3 por ciento de los equipos importados.
Según datos de la Consultora Investigaciones Económicas Sectoriales, las importaciones desde Brasil crecieron 226 por ciento entre 2009 y 2010, muy por encima del promedio (105%) de los otros orígenes y mucho más arriba que los ingresos desde Estados Unidos que solamente crecieron 58 %, lo que demuestra que envíos de las multinacionales se desplazaron hacia el país vecino por las menores restricciones del comercio intra Mercosur durante el año pasado.
Desde que comenzó este 2011 las limitaciones continúan y las empresas despliegan hacia el gobierno las más diversas estrategias de seducción, que contemplan un mix de inversiones, mutismo ante la prensa y palabras medidas al extremo. Paralelamente hacen números, calculan cuántos equipos quedarán en el camino y hasta cuándo deben retrasar las ventas en un año de buenos precios agrícolas.